Diego Iván Cortez, un puestero que acompañaba a su primo y a un amigo en una tarea de arreo, sufrió graves heridas en el brazo izquierdo; el animal, que estaba herido, también falleció tras el incidente.
Un escalofriante ataque de un jabalí en la zona rural de El Carrizal, en Luján de Cuyo, Mendoza, dejó un saldo devastador: Diego Iván Cortez, un puestero de 49 años, y sus cuatro fieles perros perdieron la vida.
El hombre, quien se dedicaba a arrear vacas en un campo junto a su primo y un amigo, sufrió heridas devastadoras que lo llevaron a agonizar durante dos semanas antes de fallecer el pasado sábado en el Hospital Central.
Según el relato de Claudio, hermano de Diego, el incidente tuvo lugar cuando el hombre acompañaba a su primo y a un amigo en una jornada de trabajo en el campo.
El drama comenzó cuando los perros de Diego, que lo acompañaban en su labor diaria, detectaron al jabalí escondido entre la vegetación.
El animal primero atacó a cuatro perros que acompañaban al grupo y luego se abalanzó sobre Diego, quien resbaló y cayó al suelo, quedando a merced del jabalí.
El ataque fue brutal: el jabalí le causó heridas severas en el brazo izquierdo, cortándole tres tendones y dos arterias. "Fue un momento terrible, todo pasó muy rápido", relató Claudio, aún consternado por la pérdida de su hermano.
Tras el brutal ataque, sus acompañantes lo trasladaron a pie hasta uno de sus puestos, donde un vecino providencial los encontró y los llevó en camioneta al hospital Paroissien en Maipú. Desde allí, Diego fue derivado a un centro de mayor complejidad, pero a pesar de los esfuerzos médicos, no logró sobrevivir.
El jabalí, por su parte, fue hallado muerto al día siguiente con un disparo en las costillas, lo que refuerza la teoría de que su agresividad pudo haber sido una reacción desesperada al sentirse amenazado. “Estaba herido y escondido. Cuando lo encontraron, todo se desató”, explicó Claudio, aún en shock por la pérdida de su hermano.
Diego Iván Cortez, descrito como un hombre trabajador y querido, deja tras de sí a su esposa, Virina Albornoz, y a sus tres hijos: Rocío, Malcom y Julieta. En un desgarrador mensaje de despedida, su familia expresó: “Nos quisiste con tanta fuerza y bondad que tu amor estará por siempre grabado en nuestra alma. Te amamos, viejito”.
Informe de Laura Carbonari Fuente: C3